lunes, 24 de noviembre de 2008

Mi Testimonio cuando era Bautista /Información tomada de la Enciclopedia Encarta

MI TESTIMONIO
Juan Carlos Martín Rojas
DIOS TUVO COMPASIÓN DE MÍ
Este testimonio fue publicado en el periódico “Luminar Bautista” de la Convención Nacional Bautista de Venezuela a finales de los 90´s; al poco tiempo me reconvertí a la fe católica romana que realmente nunca había practicado a pesar de haber recibido los Sacramentos de Bautismo y Comunión, y haber estudiado tanto tiempo en un Colegio religioso como a tantos católicos les sucede que no tienen cimentada su fe… hoy en día soy católico y mi vida espiritual se basa en los Sacramentos, la oración y la contemplación, además de otras cosas;…al final todos los caminos conducen a Roma…

Los valores que yo consideraba más importantes y que motivaban mi vida antes de realmente llegar a ser cristiano eran simplemente la realización personal y la proyección profesional, me esforzaba y trabajaba mucho (si se quiere demasiado) con la finalidad de ser “alguien” en la vida y ser reconocido y aceptado por los demás. Tenía muchos sueños, metas e ilusiones de lo que yo creía era ser “grande”, quería viajar por todo el Mundo y conocer otras culturas y países (esto último no era necesariamente malo, pero no me lo proponía hacer de la manera que a Dios le gusta, o sea tomándolo en cuenta en mis planes y bajo su guía).

A partir de los dieciocho años en 1988, comencé a vivir de una manera autodestructiva (con mucha vida nocturna que incluía vicios, malos hábitos y encuentros sexuales irresponsables). Este estilo de vida junto con mi ambición me llevó a someterme a personas y situaciones muy perjudiciales para mi integridad y salud mental, en varias ocasiones pretendí usar fríamente a la gente como simples instrumentos para alcanzar mis objetivos (de la misma manera que ellos lo hacían conmigo). De esta manera mi vida se tornó superficial y vacía en un ambiente demasiado hostil, en medio del cual lo que realmente estaba buscando en el fondo era ese “algo” que toda persona sabe que le falta muy dentro de su ser, y que trata de encontrarlo muchas veces por medios y metas que al final carecen de sentido (en esa búsqueda, entre otras cosas, practiqué una forma de budismo japonés y me hice la carta astral).

En Diciembre de 1993, en un viaje que hice a la playa, mi mente se trastornó (gracias al uso de las drogas y el alcohol, además de por una cantidad de situaciones limite a las que me vi expuesto). Decidí venirme a mi casa antes del tiempo previsto y cuando llegué yo estaba muy raro y callado, ideas derrotistas y suicidas (como por ejemplo que no hay futuro) rondaban mi cabeza. Entonces decidí ir a la Iglesia buscando ayuda, llegué con mi vida destrozada y muy desorientado, había perdido el sentido de lo que es bueno y lo que es malo. Ya había entrado en un proceso “esquizofrénico paranoide” donde tuve delirios con la televisión en que creí que yo era Jesucristo y luego el anticristo. Perdí el contacto con la realidad física y me internaron en un manicomio (donde tenía ataques de terror todo el día, ya que estaba “erradamente” convencido de que no había ninguna posibilidad del perdón de Dios para mí).

Luego de un tiempo de mucho sufrimiento (con gran miedo y culpa), y de una gran batalla mental, Dios tuvo compasión de mí y por una acción directa y poderosa del El sobre mi persona comprendí y reconocí el verdadero valor de Jesucristo como el único digno de recibir la gloria, la honra y el honor. En ese momento ese “algo” o mejor dicho ese “alguien” que tanto buscaba por medios equivocados me había encontrado a mí, o sea, Dios a través de Jesús mostrándome su verdadero amor.

A partir de ese acontecimiento mi vida ha cambiado mucho, ahora he aprendido a vivir de una manera tranquila, pisando sobre seguro y buscando lo que le agrada a Dios. Los sueños de grandeza quedaron atrás, aunque todavía quiero hacer muchas de las cosas que anhelaba, pero ahora tengo claro que es lo que realmente vale la pena en la vida (como por ejemplo el calor y seguridad de mi hogar y mi familia) y no siento más frustración ni sufro de afán por alcanzar algo que tenía apariencia de triunfo pero que al final me iba a dejar vacío. Hoy en día, por ejemplo me preocupo más por mi relación íntima con Dios o medito por igual en la certeza de la Vida Eterna y El llena mi mente de ideas buenas y positivas.

Actualmente tengo dignidad y sé que soy alguien no porque haya logrado grandes cosas a los ojos de los hombres, sino porque Jesucristo me ha dado un lugar en la familia de Dios de acuerdo con lo que El deseaba para mí. Ya no vivo persiguiendo un espejismo sino más bien bajo la realidad del Reino de los Cielos. Todavía tengo problemas y mi vida no es del todo perfecta pero ahora tengo un amigo que me tiende siempre su mano: Dios, quien ha dicho que no me desamparará jamás.

Si hubiera logrado todo lo que quería hacer sin el respaldo y ayuda de Dios, quién sabe seguramente en que mal lugar y situación estaría, además creo que lo que vale la pena es ver como a pesar de mi pasada desobediencia a los principios de Dios, El me ha hablado y actúa de una manera tan real en mi vida que hoy en día puedo dar fe de su existencia y gran poder.


San Antonio de los Altos, Edo Miranda, Venezuela. Diciembre 1998

Apéndice
A manera de información muy básica tomada de Encarta sobre la Iglesia Católica, los Bautistas, el Fundamentalismo y el Bautismo:


Iglesia católica apostólica romana, denominación de la Iglesia cristiana de mayor importancia e implantación en el mundo. En cuestiones de fe, sus componentes reconocen la autoridad suprema del obispo de Roma, el papa. La palabra católico (del griego katholikos, ‘universal’) se utiliza para designar a esta Iglesia desde su periodo más temprano, cuando era la única cristiana. Gracias a una sucesión episcopal ininterrumpida desde san Pedro hasta nuestros días, la Iglesia católica apostólica romana se considera a sí misma la única heredera legítima de la misión y de los poderes que Jesucristo encomendó a los doce apóstoles. La Iglesia católica ha ejercido una profunda influencia en el desarrollo de la cultura europea y en la introducción de los valores europeos en otras culturas. Al comenzar la década de 1990, el número de sus seguidores era de 995,8 millones (un 18,8% de la población mundial). La Iglesia católica tiene gran importancia numérica en Europa y América Latina, aunque también es considerable su influencia en otras partes del mundo.
Organización y estructura
De acuerdo con la tradición cristiana primitiva, la unidad fundamental de organización en la Iglesia católica es la diócesis, asignada a un obispo. La Iglesia católica está integrada por aproximadamente 1.800 diócesis y 500 archidiócesis, las cuales, en la actualidad, no son más que sedes más distinguidas sin la jurisdicción especial que mantenían antaño sobre los obispos cercanos. La iglesia más importante de una diócesis es la catedral, donde el obispo preside la misa y ceremonias similares. La catedral contiene la cátedra (del latín cathedra, ‘silla’) episcopal, desde donde el obispo predicaba a la comunidad en los primeros tiempos.
El obispo
El obispo posee el oficio litúrgico más importante de la diócesis. En síntesis, se distingue de un sacerdote en la capacidad de conferir las órdenes sagradas y de otorgar de forma habitual el sacramento de la confirmación. El obispo también ostenta el más alto poder jurídico de la diócesis: tiene derecho a admitir sacerdotes en su diócesis y de prohibirles el ejercicio dentro de ella, se encarga asimismo de asignar parroquias u otras tareas a los sacerdotes de su diócesis. Por lo general, el obispo delega los problemas administrativos en su vicario, su canciller u otros funcionarios. En las diócesis más amplias puede recibir la ayuda de obispos auxiliares.
El clero
El clero secular y regular se encuentra bajo la directa jurisdicción del obispo. El clero secular no se compone de miembros de órdenes o congregaciones religiosas, sino de los que han sido incorporados de una forma permanente a la diócesis bajo la autoridad del obispo local. El clero secular se compone la mayor parte de las veces de los sacerdotes de las parroquias y de los que en ellas se encuentran destinados.
Sin embargo, el clero regular se debe ante todo a sus órdenes o congregaciones, que generalmente van más allá de las fronteras de una sola diócesis. Mientras trabajen en una diócesis deben respetar las decisiones del obispo en las cuestiones públicas referidas al culto, pero disfrutan de una gran libertad en el ejercicio de sus funciones. Lo mismo puede decirse de las monjas (y también, en su caso, las hermanas) y de los monjes, que pertenecen a una congregación pero que no forman parte del clero. Su tarea principal suele ser dedicarse a las escuelas, los hospitales y otras instituciones de caridad de la diócesis. Desde el Concilio Vaticano II, los laicos, es decir, los miembros de la Iglesia que no pertenecen a ninguna orden religiosa, han asumido un papel cada vez más importante ayudando a los sacerdotes y a los obispos, en especial en temas prácticos e incluso en el ejercicio pastoral, como la catequesis (formación religiosa).
El papa

El rango de mayor autoridad de la Iglesia católica apostólica romana es el papa, cuyas resoluciones son decisivas en cualquier materia. El papa asigna diócesis a los obispos y también puede trasladarlos a otra. Aunque los obispos ejercen sus poderes gracias a su condición, no pueden hacerlo de una forma legítima sin el permiso del pontífice. El 15 de septiembre de 1965, Pablo VI instituyó el Sínodo de Obispos, un cuerpo representativo de obispos y otros cargos que puede ser consultado por el papa sobre asuntos importantes. El primer sínodo se reunió en la Ciudad del Vaticano en 1967 y desde entonces lo ha vuelto a hacer varias veces. Los sínodos no deben confundirse con los concilios ecuménicos, solemnes reuniones de todos los obispos del mundo. La Iglesia católica sólo ha celebrado 21 concilios de este tipo en toda su larga historia. El último fue el Concilio Vaticano II (1962-1965). Mientras se reúnen con el papa, los concilios ejercen la autoridad suprema dentro de la Iglesia.
Los cardenales
Los cardenales son los más altos dignatarios de la Iglesia después del papa. Son elegidos por el sumo pontífice y forman el Sacro Colegio Cardenalicio. Al morir el papa eligen a su sucesor en un cónclave. La mayoría de los cardenales son obispos de diócesis situadas por todo el mundo y otros son jefes de congregaciones sagradas de la administración papal. El Sacro Colegio Cardenalicio estaba limitado a 70 miembros (6 obispos cardenales, 50 sacerdotes cardenales y 14 diáconos cardenales). En 1991 el número de cardenales era de 163 y la mayoría había sido nombrada por el papa Juan Pablo II.
La curia
El papa es ayudado en la administración de la Iglesia por una compleja burocracia denominada curia. De orígenes remotos, la curia se halla en la Ciudad del Vaticano. Hoy está dirigida por el secretario de Estado, al que informan diferentes oficinas que son actualmente la Sagrada Congregación para los Asuntos de la Iglesia y otras 10 congregaciones, tres tribunales, tres secretarías y otros despachos.
Iglesias de rito oriental
La mayor parte de los miembros de la Iglesia católica sigue una disciplina, un ritual y un canon tradicional que se desarrolló en los primeros años de la diócesis de Roma. Sin embargo, otros siguen sus propias tradiciones seculares. Éstos pertenecen a las Iglesias de rito oriental o Iglesias uniatas, como la maronita, la caldea, la rutena o la ucraniana. Algunas de estas Iglesias practican con todo derecho la comunión con vino y pan, el bautizo por inmersión y permiten que el clero contraiga matrimonio.
Doctrinas distintivas

Aunque la Iglesia católica mantiene algunas doctrinas que la distinguen de otras Iglesias cristianas, su característica más acusada es la amplitud y universalidad de su tradición doctrinal. La Iglesia católica fija sus orígenes en las primeras comunidades cristianas y no reconoce ninguna ruptura decisiva en su historia, con lo que se considera heredera de todo el legado teológico apostólico, patrístico, medieval y moderno. Aunque esta universalidad doctrinal pueda aparentar que carece de coherencia interna, ayuda a legitimar el término ‘católico’ (universal) que la Iglesia se adjudica incluso en cuestiones de doctrina. En principio la Iglesia no excluye ningún enfoque teológico y desde la encíclica Divino afflante spiritu (1943) de Pío XII ha reconocido de forma oficial los métodos modernos de exégesis en la interpretación de la Biblia. Su participación en el movimiento ecuménico desde el Concilio Vaticano II ha hecho que muchos católicos aprecien el punto de vista doctrinal incluso de los protestantes, que rompieron con la Iglesia en el siglo XVI.
La Biblia
Como las otras Iglesias cristianas, la católica tiene en la Biblia el pilar de sus enseñanzas. Este punto nunca ha sido cuestionado y grandes teólogos como santo Tomás de Aquino sostienen que “sólo las Escrituras” son la fuente de la teología. Pero incluso desde este punto de vista muchos teólogos mantuvieron que algunas verdades o ritos (como el bautismo de los niños), aunque no se describen en las Escrituras, son válidos por su tradición dentro de la Iglesia. Acordaron además que las decisiones de la Iglesia, en especial las que toman los concilios ecuménicos, son interpretaciones auténticas de la doctrina cristiana y por tanto vinculantes e irrevocables para toda la Iglesia de Cristo.
La tradición
Como reacción a la insistencia protestante durante la Reforma sobre el principio de las Escrituras como única fuente, el Concilio de Trento afirmó en su cuarta sesión que la verdad cristiana se encuentra en los “libros escritos” y en las “tradiciones no escritas”. Aunque en esta decisión se habla sobre todo y casi en exclusiva de la Biblia, la inserción de la expresión “tradiciones no escritas” se interpretó hasta hace poco tiempo como la existencia de “dos fuentes” para iluminar la doctrina. Hoy se debate sobre su sentido, pero su importancia ha sido reducida al haberse llegado a un acuerdo entre los estudiosos católicos y protestantes: se admite que los libros del Nuevo Testamento son por sí mismos fruto de varias tradiciones o escuelas de la Iglesia primitiva.
La sucesión apostólica
En relación con el concepto teológico de tradición se encuentra la doctrina referente a la sucesión apostólica, es decir, la transmisión sin interrupción de la función religiosa desde los tiempos de Jesús hasta la actualidad. La doctrina se encuentra ya en la Epístola a los corintios, pero es atribuida, según la tradición, al papa Clemente I. Existe también en una versión revisada dentro de algunas confesiones protestantes, pero se sostiene con mayor intensidad dentro de la Iglesia católica. Se la considera como la fuente de la sucesión de los obispos en su ejercicio, y de su autoridad y liderazgo. El ejemplo más evidente de estas ideas es que el papa es el sucesor de san Pedro, elegido por Jesús como la máxima autoridad de su Iglesia (Mt. 16,16-18). Por tanto, el catolicismo le otorga la misma autoridad y los mismos dones espirituales en la Iglesia de hoy que en las primeras comunidades apostólicas.
Implícita en estas creencias está la idea de que la Iglesia tiene el derecho y el deber de enseñar la doctrina y la moral cristianas de forma autoritaria. La corrección de estas enseñanzas viene asegurada por la presencia continuada del Espíritu Santo en el seno de la Iglesia. A efectos prácticos, la teología católica atribuye esta autoridad a los obispos, al papa y a los concilios ecuménicos. Bajo ciertas circunstancias, sus enseñanzas se consideran infalibles; la autoridad de la Iglesia en sus enseñanzas se denomina de modo global como magisterio de la Iglesia desde el siglo XIX.
La Iglesia
Dado el énfasis que la doctrina católica pone en la presencia del Espíritu Santo en la Iglesia, la teología católica se ha ocupado más de los estudios eclesiásticos que la teología de otros credos cristianos. Para corregir una concepción demasiado jurídica de la Iglesia, el Concilio Vaticano II denominó misterio a esta presencia y favoreció expresiones como “pueblo de Dios” para describirlo. Una creencia fundamental de la Iglesia católica a lo largo de todos los tiempos es que el amor y la gracia divina sólo pueden ser transmitidos al mundo a través de la Iglesia.
Los santos

La Iglesia católica favorece la veneración de los santos y de la Virgen María con más entusiasmo que otras iglesias occidentales. En 1854, el papa Pío IX proclamó la doctrina de la Inmaculada Concepción de María y en 1950 el papa Pío XII proclamó su Asunción. Debido a las críticas que recibe la Iglesia católica por dejar que la veneración a los santos oscurezca la adoración debida a Dios, la Iglesia ha intentado limitarla reduciendo en la liturgia el número de adoraciones con días señalados. Los católicos también creen que pueden ayudar a través de sus rezos y sus buenas acciones a quienes han muerto sin haber sido purificados de sus pecados. Esta creencia está muy relacionada con las doctrinas del purgatorio y de la indulgencia.
Culto y costumbres
El culto católico está sin lugar a dudas centrado en la misa, a la que deben asistir los creyentes todos los domingos y en algunas celebraciones importantes del año. La misa se celebra a diario en la mayoría de las iglesias y es una parte esencial de los matrimonios, los funerales y otros ritos católicos.
La misa
La misa se compone de varias partes. Las más importantes son la liturgia de la palabra y la eucaristía, durante la que se realiza la comunión. Dentro de esta estructura puede haber muchas variantes en la utilización de la música, la pompa u otros métodos para hacer el servicio más apropiado a cada oportunidad.
Este potencial para la variación está ilustrado de forma gráfica en la historia de la misa y en las diferencias que existen hoy entre el rito romano y el oriental. Los cambios más radicales nunca realizados en el rito romano fueron los que instituyó el Concilio Vaticano II en su Sacrosanctum concilium (4 de diciembre de 1963). La tendencia general de estas modificaciones era la de extirpar las complejidades litúrgicas de la misa que enturbian su objetivo y su estructura general. De todas las novedades del Concilio ninguna fue más espectacular que la traducción de la liturgia y de los ritos de la Iglesia del latín original a las lenguas vernáculas modernas.
Sacramentos
La eucaristía es uno de los siete sacramentos, que son los ritos simbólicos más importantes que la Iglesia ofrece a sus miembros. Los católicos creen en la presencia real de Cristo en la eucaristía a través del pan y el vino convertidos en su cuerpo y su sangre (transubstanciación) y se los anima a recibir la eucaristía en todas las misas a las que asistan. Los otros sacramentos son el bautismo, la confirmación, la penitencia, las órdenes sagradas, el matrimonio y la extremaunción. La teología católica enseña que estos símbolos, instituidos por Cristo, tienen un beneficioso efecto espiritual sobre el que los recibe al margen de la fe o la virtud del que los administra (ex opere operato).
La reforma litúrgica del Concilio Vaticano II modificó el sacramento de la penitencia, restándole importancia respecto a la confesión de una detallada lista de pecados para subrayar la naturaleza benefactora del perdón divino obtenido a través del sacramento. Para enfatizar este propósito, se optó por el término alternativo ‘sacramento de reconciliación’. Además de revisar otros sacramentos, el Concilio determinó que la extremaunción debe efectuarse al superar cada enfermedad grave o al llegar a una avanzada edad con el objeto de que no se posponga hasta el momento de la muerte. Por tanto, ya no deberá llamarse extremaunción, sino en puridad, unción de los enfermos.
Pese a lo que se cree, el oficiante del sacramento del matrimonio no es el sacerdote, sino cada uno de los contrayentes. La unión que este sacramento crea entre dos personas bautizadas no puede ser rota según la teología católica. Sin embargo, existen numerosas condiciones para que una unión sea inválida, por lo que a veces es posible que la Iglesia declare, tras estimarlo, que un matrimonio ha sido nulo y sin efecto desde el principio. La anulación, a veces considerada el equivalente católico del divorcio, se basa en diferentes principios. La Iglesia enseña que el propósito del matrimonio es el amor mutuo y la procreación.
Otras prácticas
Los católicos expresan su fe de muchas maneras además de asistiendo a la misa y recibiendo los sacramentos. El rosario de la Virgen María, por ejemplo, aún es muy popular. En las últimas décadas, la obligación de ayunar y de no comer carne en algunas fechas se ha hecho opcional, pero aún es respetada por muchos fieles. Aunque ha desaparecido la insistencia histórica de los obispos acerca de que los niños deben estudiar en centros dirigidos por la Iglesia católica, muchos católicos lo siguen haciendo, por lo que la Iglesia mantiene un importante sistema de escuelas primarias y secundarias, y financia un gran número de universidades en todo el mundo y un número aún mayor de cátedras de teología. La Iglesia católica es responsable de forma directa o indirecta de un gran número de publicaciones que comprenden desde periódicos populares hasta estudios escolásticos muy complejos.
Cuestiones contemporáneas
La Iglesia católica se ha caracterizado en los últimos tiempos por mantener posiciones inflexibles en cuestiones polémicas. Desde la encíclica Rerum novarum (1891) del papa León XIII, los pontífices han denunciado las injusticias de las condiciones sociales y económicas creadas por las sociedades modernas industrializadas, y han propuesto soluciones. Han denunciado la guerra nuclear, solicitado de modo reiterado el final de la carrera armamentística e intentado detener la explotación de las naciones pobres por las ricas. La protección a los derechos humanos en el campo social, económico y político ha sido la guía de estas declaraciones. La llamada teología de la liberación, articulada y defendida por numerosos intelectuales católicos latinoamericanos, ha intentado encajar estas preocupaciones en un marco de análisis menos tradicional, apelando incluso a ideas marxistas.
Desde el Concilio Vaticano II, la Iglesia ha animado a los católicos a trabajar con miembros de otras confesiones para alcanzar fines comunes y para reunir las diferentes Iglesias cristianas. Aunque la Iglesia católica nunca se ha adherido al Consejo Mundial de las Iglesias, mantiene contactos con esta institución. En reconocimiento a los valores espirituales de otras religiones, las misiones católicas posteriores al Concilio han pasado del proselitismo disciplinario y excluyente a la práctica de un diálogo más respetuoso con esos valores.
En otras cuestiones la Iglesia ha sido más conservadora y no menos inflexible. La prohibición de los métodos artificiales de control de la natalidad fue reiterada por el papa Pablo VI en su encíclica Humanae vitae (1968). Este documento levantó objeciones en círculos teológicos e incluso episcopales, algo insólito para el pontificado moderno. Aunque su importancia aún se debate, es desde luego la afirmación más autorizada al respecto dentro de la Iglesia católica, cuya frontal oposición a las leyes de liberalización del aborto ha provocado respuestas políticas en contra de la voluntaria interrupción del embarazo en algunos países occidentales. Aunque la Iglesia permite que las mujeres administren la eucaristía y realicen otras funciones en circunstancias extraordinarias, prohíbe que sean ordenadas sacerdotes o diáconos. Para los sacerdotes del rito romano el matrimonio está prohibido de forma taxativa.
Historia
Hasta la ruptura con la Iglesia oriental en 1054 y con las Iglesias protestantes en el siglo XVI resulta imposible separar la historia del catolicismo de la historia del cristianismo en general. Sin embargo, la visión de su historia para la Iglesia está basada en lo que considera su continuidad sin interrupciones desde la Iglesia del Nuevo Testamento, y por tanto acepta la legitimidad de la evolución de su doctrina y de su estructura desde entonces. Los grandes cambios culturales, teológicos y disciplinarios de la historia cristiana no se estiman por tanto desviaciones de una norma absoluta de la Iglesia apostólica. Se consideran más bien como la expresión de una forma diferente y más elaborada de impulsos que ya existían desde su principio.
La Iglesia primitiva
El primer gran cambio en la historia cristiana fue su expansión desde Palestina hasta el resto del Mediterráneo en las décadas que siguieron a la muerte de Jesús. En poco tiempo, el cristianismo adquirió el idioma y el vocabulario filosófico del mundo grecorromano para expresar y difundir su mensaje, así como los procedimientos y la organización del Imperio romano. Sin embargo, la característica figura del obispo ya había aparecido a mediados del siglo II. El reconocimiento de la Iglesia por el emperador Constantino I el Grande en el 313 consolidó esta evolución y proporcionó apoyos a la Iglesia en las grandes polémicas doctrinales de los siglos IV y V que determinaron su ortodoxia. En el siglo V, el papa León I, obispo de Roma, reclamaba y ejercía hasta cierto punto la primacía sobre congregaciones cristianas de otros lugares.
La Iglesia medieval
La caída del Imperio romano de occidente y la incorporación de los pueblos germánicos a la Iglesia tuvieron un gran impacto en todos los aspectos de la vida religiosa general, incluida una disminución del poder episcopal entre los siglos VII y XI. Bajo la dirección de un Papado reformado a finales del siglo XI se restauraron los derechos episcopales en medio de la amarga Querella de las Investiduras que los papas sostuvieron frente a varios emperadores. Como resultado de esto, el Papado emergió como el dirigente reconocido de la Iglesia de occidente. El papa disponía además de una curia cada vez más centralizadora y eficiente. El Derecho canónico fue revitalizado y puesto en práctica, enfatizando el papel del pontífice en el gobierno de la Iglesia. Estas transformaciones, sumadas a las Cruzadas, hicieron que la reconciliación con la Iglesia oriental, después del Gran Cisma de Occidente (1054), fuera más difícil.
El periodo moderno

En parte como reacción a los cambios que nacieron de la Querella de las Investiduras, la Reforma protestante estalló en pleno siglo XVI. La Iglesia católica respondió con la Contrarreforma, reafirmando las tradiciones que se habían implantado con el tiempo y en particular los elementos más atacados, como la teología escolástica, la eficacia de los sacramentos y la primacía del papa.
Los ataques que la Iglesia recibió de la Ilustración y de la Revolución Francesa condicionaron la posición defensiva que el catolicismo mantuvo hasta mucho tiempo después. El Concilio Vaticano II intentó suavizar esta actitud. Aunque los cambios que este Concilio introdujo originaron una considerable confusión durante algunos años, la Iglesia católica mantiene su estabilidad y se expande en muchas regiones del mundo.

Religión U.S.A.


El congregacionalismo era la confesión más practicada en Nueva Inglaterra durante la época colonial, establecida por grupos separatistas y puritanos disidentes de la Iglesia de Inglaterra. Los colonizadores de la región más al sur eran oficialmente miembros de la Iglesia de Inglaterra mientras que hacia el norte había diversos credos y sectas.
Las iglesias de los puritanos eran congregaciones separadas, cada una vinculada por un pacto entre sus miembros. Hasta 1691, la colonia de la bahía de Massachusetts era una teocracia, donde la asistencia a la iglesia era obligatoria y sus miembros estaban capacitados para votar y ocupar un cargo público. Las confesiones no congregacionistas, en especial el baptismo y los cuáqueros (véase Sociedad de los Amigos), se consideraban hostiles y, a menudo, eran perseguidas por el gobierno colonial.
En la región costera del sur del Atlántico estaba establecida la Iglesia de Inglaterra; a los miembros de confesiones no anglicanas —por ejemplo, baptistas y presbiterianos— solía prohibírseles predicar y celebrar matrimonios.
Las colonias más al norte permitían mayor libertad religiosa. Los primeros colonizadores europeos de esta región fueron los holandeses, que trajeron las creencias y prácticas de la Iglesia reformada. En 1654, el primer grupo organizado de colonos judíos llegó a Nueva Amsterdam, capital de Nueva Holanda. Después que los británicos tomaran Nueva Holanda (1654), la Iglesia de Inglaterra aumentó allí su influencia. En 1632, el territorio que ahora comprende Maryland fue concedido a la familia católica de los Calvert, que colonizaron la región con el objetivo de proporcionar un refugio a sus correligionarios perseguidos; pero con el paso del tiempo el anglicanismo pasó a ser la religión de Maryland. Según los términos de la carta otorgada en 1681, el cuáquero inglés William Penn fundó Pennsylvania como refugio para los seguidores de todas las religiones. Durante el periodo colonial se introdujo el luteranismo en Pennsylvania, Nueva York y Delaware. A finales del siglo XVII y comienzos del siglo XVIII, los colonizadores escoceses y e irlandeses introdujeron el presbiteranismo en las colonias del Atlántico Medio. Durante la segunda mitad del siglo XVIII, los metodistas se establecieron en esta región.
El movimiento de los renacimientos religiosos que se desarrolló a mediados del siglo XVIII (conocido como Gran despertar) supuso una influencia liberalizadora para la religión del territorio colonial: permitió fortalecer las confesiones metodistas y baptistas, lo que preparó el terreno para la separación de la Iglesia y el Estado cuando se fundó Estados Unidos como nación independiente.
Entre los acontecimientos religiosos del siglo XIX destaca la fundación de varias iglesias autóctonas, entre las cuales estaba la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días (cuyos seguidores se conocen popularmente como mormones), la Ciencia de Cristo, los adventistas y los Testigos de Jehová. En la actualidad el grupo religioso más grande lo representan los católicos, con un 25% de la población estadounidense. Entre los principales grupos protestantes están los baptistas (19,4%), metodistas (8%), presbiterianos (2,8%), pentecostistas (1,8%) y episcopalianos (1,7%). La Iglesia ortodoxa tiene un gran número de seguidores, cercano al 3%. Las religiones no cristianas más numerosas son el judaísmo (2%) y el islam; el budismo y el hinduismo también tienen bastantes seguidores.
Para más información sobre la religión en Estados Unidos, véanse artículos concretos; por ejemplo, véase Fundamentalismo; Movimientos misioneros.

Anabaptistas, nombre aplicado a ciertas sectas religiosas que surgieron en Europa durante la Reforma, principalmente en países como Alemania, los Países Bajos y Suiza. El nombre significa “el que se bautiza nuevamente”; se refiere a la práctica anabaptista de bautizar a adultos, aunque la persona ya hubiera sido bautizada en su infancia.
Doctrinas y prácticas
Al igual que los luteranos y los calvinistas, los anabaptistas creían que la fe que cada persona tuviera en Dios era de suprema importancia, en oposición a los rituales y al derecho a juicios independientes y personales. Sin embargo, los anabaptistas se diferenciaban de los luteranos y de los calvinistas porque ellos defendían, entre otras prácticas, la no-violencia y estaban en contra de las iglesias gobernadas por el Estado. Este movimiento se basaba en congregaciones voluntarias de conversos, los que se habían sometido a la experiencia del bautismo siendo adultos y por decisión personal. La Iglesia del Estado estaba organizada de forma jerárquica, basada en la parroquia que a cada persona le correspondía, ya fuera porque había nacido allí o porque vivía cerca de ella. Algunos anabaptistas querían establecer comunidades cristianas comunales e igualitarias, y no estaban de acuerdo con participar en el gobierno civil y con prestar juramentos. El último estatuto disciplinario de la Iglesia, la exclusión, llevaba a la excomunión y al ostracismo a los pecadores impenitentes.
Historia
En los inicios de 1520, muchos líderes religiosos comenzaron a predicar en contra de la Iglesia y de las prácticas sociales en Suiza, Alemania y Austria. Dentro de este grupo se encontraba Konrad Grebel, nacido en Zurich, el bávaro Hans Denck, y el alemán Balthasar Hubmaier. Un poco más jóvenes que Zuinglio y Lutero, estos hombres se vieron envueltos en las guerras de los campesinos y bajo el dominio del imperio de los Habsburgo. Conocidos como los Hermanos o los Hermanos Suizos, creían que la Biblia negaba el bautizo a niños y el celebrar la misa. Los anabaptistas insistían en el bautizo de creyentes adultos, que eligen bautizarse por libre elección, y en la cena conmemorativa del Señor (véase Bautismo; Eucaristía). Debido a que los anabaptistas no aceptaban la jerarquía de la Iglesia ni la autoridad de los organismos civiles en temas de tipo religioso, fueron acusados de sedición y herejía, siendo víctimas de persecuciones y martirios.
Otro grupo que también fue considerado como anabaptista fue el de los protestantes más radicales, tales como Jakob Hutter, comunalista y fundador de los Hermanos de Hutterian y Thomas Münzer. Fue también importante Jan Beuckelzoon o John de Leiden, quien se declaró a sí mismo rey de los llamados Nuevos Sionistas en Münster, Westfalia, en 1534. Bajo su dirección, la poligamia era muy castigada y los bienes materiales, propiedad de todos; su mandato terminó después de un año de asedio a la ciudad; Beuckelzoon fue ejecutado en 1536. Por toda Europa siguieron surgiendo grupos anabaptistas que empleaban distintos nombres. Uno de los grupos más importantes fue el de los menonitas, dirigidos por el reformador holandés Menno Simons.
El anabaptismo se preocupaba principalmente de la gente pobre y de los campesinos y artesanos sin educación. Los anabaptistas fueron muy perseguidos por toda Europa, principalmente porque dos grupos muy influyentes de la sociedad, los aristócratas y los líderes de la Reforma ortodoxa, se unieron en contra de su igualitarismo y su oposición a las iglesias gobernadas por el Estado. Reformadores ortodoxos como el suizo Ulrico Zuinglio, Martín Lutero y sus seguidores, generalmente usaban el nombre de Anabaptistas para referirse en forma despectiva a cualquier secta protestante radical o que no fuera ortodoxa.
Muchos de los estudios históricos más recientes han reivindicado el movimiento anabaptista. Hoy en día el movimiento es visto como una corriente importante que existió durante el periodo de la Reforma, especialmente por su modo de ver la vida como un sacramento y porque incidentes tales como el de Münster, son considerados sólo como desviaciones de la espiritualidad normal anabaptista.

Fundamentalismo, movimiento conservador surgido entre los protestantes que se inició en Estados Unidos a finales del siglo XIX. Subrayaba las siguientes creencias como rasgos esenciales e indiscutibles del cristianismo: la infalibilidad de la Biblia, el nacimiento virginal y la divinidad de Jesucristo, su sacrificio en la cruz como expiación de los pecados de la humanidad, la resurrección física y la segunda venida de Cristo, así como la resurrección física de los creyentes.
Orígenes
El fundamentalismo tiene sus orígenes en el evangelismo estadounidense de los siglos XVIII y XIX; hasta mediados del siglo XIX, sus principales creencias eran mantenidas por la mayoría de todas las confesiones protestantes ortodoxas. El fundamentalismo como movimiento conservador organizado data de principios del siglo XX; se desarrolló a partir de una serie de conferencias sobre la Biblia, la primera de las cuales tuvo lugar en 1876, que fueron convocadas por miembros de varias denominaciones que se oponían al estudio literario histórico de la Biblia, conocido como la crítica mayor; también los intentos (que existen aún) por reconciliar las creencias y doctrinas tradicionales cristianas con la experiencia y el conocimiento contemporáneos y la aceptación de una idea específica del mundo, en especial la popularización de la teoría de la evolución. Muchos miembros conservadores de confesiones protestantes se oponían a estas doctrinas y creencias.
Los miembros más conservadores de cada confesión intentaron al principio excluir de estas instituciones a aquellas personas a las que consideraban liberales abiertos e inflexibles. Como resultado de ello, se destituyó a un gran número de ministros y teólogos por la fuerte crítica que habían realizado. Estos grupos conservadores, sin embargo, dieron vida a diversas organizaciones e instituciones educativas para propagar su credo.
El fundamentalismo floreció en 1909 con la publicación de 12 libros llamados Los fundamentos. En el momento en que se publicó el último volumen de la serie, se habían distribuido 3 millones de ejemplares en el mundo.
Desarrollo
El fundamentalismo se propagó en la década de 1920. Fue más fuerte su implantación en las áreas rurales, de forma muy especial en California, en los estados fronterizos y en el Sur. En estas áreas, los fundamentalistas describieron con claridad el tema de la infalibilidad bíblica en asuntos históricos y científicos. La controversia sobre este tema se hizo más intensa en la esfera secular cuando los fundamentalistas exigieron a muchos gobiernos estatales que aprobaran una ley para prohibir la enseñanza de la teoría de la evolución en las escuelas públicas. Algunos de ellos, como Tennessee, aprobaron dicha ley. El decreto de Tennessee llevó en 1925 al proceso, que alcanzaría un gran eco internacional, de John Thomas Scopes, un profesor de enseñanza secundaria que fue acusado de enseñar la evolución y desafiar la ley. En 1968 el Tribunal Supremo de Estados Unidos sentenció que esa ley era inconstitucional.
El fundamentalismo perdió ímpetu a principio de la década de 1930. La principal razón fue la aceptación por los estadounidenses de las teorías y métodos modernos, de doctrinas religiosas más liberales y la falta de una organización nacional eficaz para dirigir las asociaciones fundamentalistas. El fundamentalismo, junto con el ya citado y más moderado movimiento evangelista, ha recobrado fuerza desde entonces, sobre todo como reacción frente a los movimientos teológicos contemporáneos como el ecumenismo, la nueva ortodoxia y el modernismo (teología y filosofía). En 1948 se creó un grupo fundamentalista internacional, con sede en Ámsterdam, el Consejo Internacional de las Iglesias Cristianas, que afirma tener apoyo de 45 confesiones en 18 países; en la convención fundacional, algunos miembros de este grupo se opusieron a los propósitos del Consejo Mundial de las Iglesias y presentaron su comunidad como una alternativa al Consejo.

Bautismo (en griego, baptein, sumergir), en las iglesias cristianas, rito universal de iniciación, administrado con agua, normalmente en el nombre de la Trinidad (Padre, Hijo y Espíritu Santo) o en el nombre de Cristo. Las iglesias ortodoxas y baptistas administran el bautismo mediante la inmersión total. En otras iglesias, verter (afusión) y rociar (aspersión) son los ritos más comunes. La mayoría de las iglesias consideran el bautismo como un sacramento, o un signo de gracia; algunas lo consideran simplemente como una orden o rito mandado por Cristo.
Antecedentes del bautismo
El agua se utilizaba como símbolo de purificación en muchas religiones desde fechas muy lejanas. En el mundo antiguo, las aguas del Ganges en India, del Éufrates en Babilonia, y del Nilo en Egipto se utilizaban para baños sagrados. El baño sagrado era también conocido en cultos mistéricos helenos.
Bautismo judío
La ley judía establecía la utilización del agua como limpieza ritual (Lev. 11,25-40; 15,5-7); y Elisha ordenó al dirigente sirio Naaman que se sumergiera en el río Jordán para ser limpiado de lepra (Re. 2,5). Antes del siglo I d.C., se pedía a los conversos al judaísmo que se bañaran (o bautizaran) ellos mismos como signo de aceptación de la alianza (tebilath gerim). Algunos de los profetas consideraron más tarde que los exiliados judíos que volvían a casa cruzarían el río Jordán y serían rociados con su agua para ser limpiados de sus pecados antes del establecimiento del reino de Dios (Ez. 36,25). En esta tradición, el contemporáneo de más edad que Jesús, Juan Bautista, urgió a los judíos a bautizarse en el Jordán para la remisión de sus pecados (Mc. 1,4).
Bautismo cristiano
Jesús fue bautizado por Juan al principio de su ministerio público (Mac. 1,9-11). Aunque no está claro que el propio Jesús bautizara, el Cristo resucitado ordenó a sus discípulos que predicaran y bautizaran a los pueblos (Mat. 28,19) como señal de la venida de la ley de Dios. Así, desde el principio, el bautismo se convirtió en el rito cristiano de iniciación (He. 2,38).
Al igual que el bautismo de Juan, el bautismo cristiano se realiza para la remisión de los pecados. Muy influido por la doctrina de san Pablo, vino a ser entendido también como participación en la muerte y resurrección de Cristo (Rom. 6,3-11). Es también el camino sacramental por el que los conversos reciben los diferentes dones del Espíritu Santo (He. 19,5-6; 1 Cor. 1,12). El bautismo era con frecuencia llamado iluminación en la Iglesia primitiva. Vino a ser considerado también como la renuncia al mundo, al demonio y la carne, así como un acto de unión a la comunidad de la Alianza.
Desarrollo del rito
El rito del bautismo se fue adornando gradualmente. Los primitivos escritos cristianos, tales como el Didaké, describen un servicio muy sencillo. Alrededor del siglo III, sin embargo, el bautismo se convirtió en una liturgia elaborada. La Tradición Apostólica (c. 215), del teólogo san Hipólito, describe, como parte del rito, un ayuno preparatorio y de vigilia, una confesión de los pecados, la renuncia al demonio y un lavado con agua, seguido de una imposición de manos o unción con aceite. En la Iglesia occidental, la imposición de manos y la unción evolucionaron hacia un sacramento diferente de la confirmación.
Bautismo de niños

Probablemente los niños eran bautizados en la Iglesia primitiva, siguiendo la filosofía judía de que incluso los niños más jóvenes pertenecen a la comunidad de la alianza. La Tradición Apostólica habla explícitamente de ello. Sin embargo, puesto que los pecados eran considerados como imperdonables (o podían ser perdonados sólo una vez), el bautismo era con frecuencia pospuesto todo lo posible. Sin embargo, entre los siglos IV y VI, debido a que la actitud con respecto a los pecados cometidos después del bautismo fue más tolerante (por el desarrollo de la costumbre de la penitencia) y a que aumentó el miedo a morir sin ser bautizados, el bautismo de los niños se convirtió en una premisa obligatoria.
Bautismo en iglesias protestantes
La mayoría de las iglesias protestantes adoptaron puntos de vista y prácticas tradicionales con respecto al bautismo, aunque con frecuencia, haciendo hincapié en su carácter de alianza más que en su relación con el pecado. Baptistas y anabaptistas, sin embargo, insisten en el bautismo en la edad adulta, apoyándose en la doctrina de que sólo los adultos pueden ser culpables de actos pecaminosos, de arrepentimiento, y la comprensión de la doctrina de la salvación, punto de vista también adoptado por las iglesias pentecostales y los grupos neopentecostales.

domingo, 16 de noviembre de 2008

Notas de Juan de los Altos

Acto de Alabanza: Escrito por Juan Carlos Martín Rojas

Dios mío; quisiera encontrar miles de motivos para alabarte sin cesar, obedecerte sin cesar, agradecerte sin cesar todo lo que has hecho por mi, ayúdame en tu gracia a realizar esto por desinteresado amor a ti. Primero que nada quiero alabarte por haberme creado y engendrado en cuerpo y alma en el vientre de mi madre. Quisiera alabarte por haberme dado un principio y un final en este mundo para probarme, para saber qué había en mi corazón y así pastorearme y llevarme a lugares de regocijo y paz perpetuos.

Quiero alabar y celebrar tú encarnación en el seno de la Virgen María, en tú Hijo amado Jesucristo, quien nos ama con un amor perfecto, generoso, dadivoso, cariñoso, tierno, amable, gentil y de tal manera que se entregó completamente a nosotros por obediencia a ti. Ayúdame en tu gracia a serte siempre obediente, bajo el compromiso mutuo de poder ver clarividentemente siempre tú voluntad para mí, revelada por ti mismo. Ayúdame a culminar la obra de conversión y santificación que has comenzado en mí, llegando al umbral de la otra orilla que significa la culminación de esa obra. Que cada nuevo amanecer sea un esfuerzo de mi parte para adorarte, desagraviarte y agradecerte las buenas intenciones tuyas para mí y los demás que peregrinamos por este mundo.

Quiero alabarte por la providencia especial sobre aquellos que nos cuesta aceptar y entender tu amor gratuito. Ayúdanos a entender la gracia y abrazarla como un don que si no fuera regalo directo tuyo para nosotros, sería inalcanzable… Te doy gracias y te alabo por todas las maravillas que tienes reservadas para mi y que jamás serán ensombrecidas por nada ni nadie, ni siquiera por mi voluntad, si en algún momento pensase yo traicionarte. Ayúdame y acepta a través de tu Santo Espíritu a hacer yo un pacto especial contigo de devoción y fidelidad a la sangre de tú Hijo Amado Jesús, derramada por mi salvación eterna. Te alabo por la cariñosa visión perpetua que tuviste de mi desde antes de crearme, has que nuestro mutuo amor crezca y que éstas no sean simples palabras bonitas, sino hechos y realidades concretos, donde nuestras alianzas, en Cristo Jesús… brillen como todas las estrellas del firmamento.

Quisiera culminar este Acto de Alabanza con un Acto de Esperanza cimentado en la Sagrada Familia y Jesús de Nazareth, su piedra angular. Bendice a la Humanidad por siempre y cobija en tu seno a todos aquellos que más te necesitamos desde todo punto de vista.


-------------------------------------------------------------

Tipos de Almas en el Cielo y la Tierra:

Como ya todos sabemos, la multiforme manifestación de la gracia divina permite que haya numerosas formas y maneras de la creación de Dios. Tratar de describir con palabras humanas los límites que tienen los tipos de almas que existen sería un trabajo demasiado ambicioso, pero si podemos tener un humilde acercamiento u aproximación donde nuestra imaginación e intuición nos pueden ayudar a descubrir muchas cosas acerca de esta cuestión.

Almas Limpias: Estas son Almas que no se manchan con nada, siempre se ocupan de su aseo personal como si estuvieran en un quirófano. Les encanta servir a los demás ayudándolos a ser limpios de alma y cuerpo. Su secreto consiste en la virtud de la pureza de sus méritos ante Dios, deslastradas de toda malicia, siempre todo lo que piensan es puro. Son educadas y el sufrimiento lo asumen como algo natural, no se quejan por nada.
Almas Superiores: ¿Por qué son superiores estas Almas? Además de porque fueron creadas para ello, son Almas que están encargadas de servir a las más pequeñas, ignorantes y desvalidas… están encargadas de que no les falte nada. Su trabajo consiste en velar por el bienestar general de todos los habitantes del Cielo y la Tierra. No son egoístas y su vocación es el servicio basado en el servicio y nuevamente en el servicio al prójimo, nacieron como Almas Superiores, pero esto no les resta humildad y por sus méritos pueden llegar a ser todavía más dignas en honor y gloria, y así llegar más alto.
Almas Perdón: Estas son Almas que lo han dado todo, perdonando grandes ofensas, se han entregado hasta más no poder, el amor de estas Almas ha vencido todo odio, toda venganza. Su honor consiste en que se parecen a Dios en eso del perdón cuya único manantial es el Amor. Las Almas Madre se parecen mucho a ellas en eso del perdón incondicional. La Virgen santísima siente un cariño especial por estas Almas, ya que le recuerdan a su mansisímo hijo: Jesús.
Almas Reconciliación: Estas Almas buscan la reconciliación entre aquellos que se han peleado, ya que no puede haber enemistad ni en el Cielo ni en la Tierra, entre ningún ser humano o angélico. Lo que comenzó Caín… matando a su hermano… lo terminan estas Almas Reconciliación, con la concordia de sus hábitos. A estas Almas les gusta soñar despiertas, dicen en el Cielo que ellas sueñan con nuevos paraísos donde no existe el odio y donde, por lo tanto, ellas pueden descansar, ya que estas Almas son de las que más trabajo tienen, aunque lo hacen con mucho placer, aunque tengan que sacrificarse duramente para ello.
Almas Paz: Estas Almas son de las que más sufren porque tienen un alto grado de frustración al ver que en el mundo no hay paz en las muchas acepciones que esta palabra puede implicar o tener. Son muchas… pero sus esfuerzos hasta ahora no se han visto recompensados, no buscan solamente una paz política o social, sino la paz que solamente el crucificado puede dar. Lloran mucho estas Almas, sienten una gran frustración… pero están seguras de que de alguna manera la prometida paz perpetua llegará al Cielo y la Tierra.
Almas Gracia: Son muy bellas estas Almas, ellas viven solo del regalo de Dios, de los Ángeles o de los hombres. No son propietarias de nada, aunque se sienten por ello mismo… dueñas de todo. Se parecen a las Almas niño, no se esfuerzan por su sustento, pero tienen tanto que enseñar. La Virgen siempre se acuerda de ellas aunque sea durante un instante y les manda ángeles custodios para que les protejan.
Almas Guerreras: La guerra, la guerra…¡ ¿Es que acaso no sabemos que Dios se hace llamar “De los Ejércitos”?. En la eternidad la guerra es un juego que no causa perdidas humanas o materiales en medio de la paz mesiánica, las grandes familias antropológicas podrán pelear o hacer la paz… sin desdeño de poner en riesgo sus vidas o sus sentimientos, ya que la muerte no existe más. Que viva la paz de Jesús, que viva el juego de la guerra y la paz, ajedrez infinito…
Almas Insignes: Estas Almas se destacan por la exquisita calidad de sus sentimientos y actitudes. No tienen mancha, jamás se revelarían ante el Altísimo y su voluntad. Son pocas, poquísimas. Son un club muy selecto. Nunca han dicho una mentira, detestan la mentira. Y siempre se unen a ese canto de San Miguel Arcángel: ¿Quién como Dios?... Son de las más poderosas del Cielo.
Almas Valientes: Estas son Almas expertas en eso de desafiar el mal cuando éste trata de oscurecer nuestras vidas. También son valientes para enfrentar los demás problemas de la vida. Son optimistas ante los embates del destino, no se dejan vencer fácilmente, es muy difícil poder engañar a un Alma Valiente, están entrenadas para descubrir “estratagemas” de toda naturaleza.
Almas Intercesoras: Estas Almas son especialistas en escuchar las necesidades de las demás y rogar ante la Divinidad por el bienestar del prójimo. La Virgen santísima es la intercesora más poderosa, le siguen Almas intercesoras de todo tipo, en el fondo todos tenemos el derecho y el deber de interceder por algo. Todos tenemos necesidades.
Almas Mente: En el momento de jugar a la guerra, las batallas no solo pueden ser de facto, pueden haber batallas mentales o grandes batallas intelectuales. Estas Almas son las mentes más poderosas del universo, cuando se unen son invencibles. En la gran rebelión fueron divididas y desperdigadas, pero ahora están unidas alrededor de Jesús, su Creador y quien las conduce a manantiales de vida e inteligencia. Estas Almas pueden comer de las hojas y frutos de los árboles de la Nueva Jerusalén y bañarse en las aguas del mar de cristal.
Almas Grandes: Hay tantos motivos para ser un Alma Grande, pero no todas llegan a serlo. Para ser un Alma Grande solamente hay que tener pureza de sentimiento y ser siempre sincero con los demás y con uno mismo. Aquellos que son sencillos de corazón, a pesar de tener una gran jerarquía, misteriosos acompañantes de Yahvé en su corte, pero que por ello son capaces de hacer y practicar la caridad sin ningún prejuicio.
Almas Altas: Dios, es el Dios Altísimo. Es lógico que en su corte existan seres que le acompañan muy de cerca y que por lo tanto son Altos también, estas son almas que no se revelaron en la Gran Rebelión y que por lo tanto no pisaron Tierra, no conocen la Tierra, lo único que conocen y muy bien es el cielo, son enemigas naturales del infierno y sus agentes. Su intercesión es muy poderosa, conocen profundos misterios de Dios, pero casi no tienen amigos, son Almas muy cerradas y prácticamente conviven entre ellas mismas.
Almas Pastor: Estas son Almas muy necesarias, porque son aquellas que les gusta dirigir multitudes, muy necesarias, porque cuando son ungidas por el Espíritu Santo pueden llevar bendición a tanta gente, pero a tanta gente, que les esperan valiosas coronas en el cielo. Sus mansiones celestiales son muy grandes, porque mucha gente quiere visitarlos todo el tiempo. Su santidad Juan Pablo II, por ejemplo, es lo más cercano a un Alma Pastor.
Almas Genio: Estas son las mentes más poderosas del universo, son los grandes genios de la Humanidad. Los premios nobel, los grandes poetas, estrategas… En fin… cada uno en su área: un genio. Están muy emparentadas con las Almas mente.
Almas Esclavas: Estas Almas son muy queridas por Dios, ya no tienen voluntad personal, lo único que anhelan es servir a la Divinidad con fervor. Han perdido todo hálito de ego personal y solo saben obedecer a un superior.
Almas Anciano: Son muy altas y perfectas estas Almas. Adoran a Dios día y noche. Se prosternan siempre ante el trono del Altísimo, tienen vestiduras blancas y coronas de oro en sus cabezas. Se sientan sobre tronos de oro y por su intercesión hacen que toda la creación alabe al Señor.
Almas Misericordia: Estas son Almas que se parecen a Dios, Santa María Faustina Kowalska es, sin ninguna duda, un Alma Misericordia: siempre pendiente de los más pequeños. También la Madre Teresa de Calcuta es un Alma Misericordia. Estas Almas tienen la tarea de enseñar a las demás Almas a ser misericordiosas, no cesan de rogar por la salvación universal… es que lo que pasa con ellas, es que son muy misericordiosas, han aprendido mucho de Dios en eso de ayudar a otros.
Almas Luz: Son muy honradas estas Almas, les gusta esparcir la luz de Cristo por doquier para que brille en todo su esplendor… Rechazan naturalmente todo lo que esté relacionado con las tinieblas… aman la luz… y solamente la luz, estaban presentes cuando Dios separó la luz de las tinieblas en la creación del mundo.
Almas Consagradas: Estas son Almas muy especiales, tienen mucho que ver con el Clero, ya que están formadas principalmente por ellos y por aquellos Laicos que se consagraron al Señor en su paso por la Tierra. Todas aquellas Almas que asisten a la misa diaria forman parte de ellas.
Almas Mártir: Estas son Almas virtuosas por definición. Dar la vida por la causa de Cristo es doloroso ante los ojos del Señor, pero también le es agradable. Hay muchas Almas que se destruyen así mismas en los vicios de este mundo. La valentía de los mártires consiste en que dieron su vida como la dio Jesús en la Cruz del Calvario por la verdad del Padre Omnipotente.
Almas Rey: Todos los Reyes de la Tierra alabarán a Jesús. Con el transcurrir de los siglos ya han sido muchas Almas las que han sido reyes. Pero hay un solo linaje de donde Dios se encarnaría, el de David. Llenos de privilegios suben a los cielos a pesar de sus errores. Los demás gobernantes de la Tierra no están incluidos en esta clasificación, solo los Reyes, príncipes y princesas.
Almas Oveja: Son de las almas más puras del cielo y la tierra. Necesitan quien las pastoree siempre, porque son un poco torpes. Dios las ama demasiado, y hay algunas que son “perfectas”.
Almas Absortas: La visión beatífica de estas Almas es tan profunda que lo único que hacen es contemplar la Divinidad cara a cara, ya se han olvidado de todo, solo piensan en Dios, y ya no interceden por nadie, porque la gloria divina las ha llevado a un estado de éxtasis perpetuo donde solo quieren alabar a Dios. Estas Almas comulgaron muchas veces mientras estaban en la Tierra.
Almas Vírgenes: Estas almas no conocen los placeres sexuales de la Tierra, no les interesan, no porque esto sea o no pecado, sino simplemente porque su mirada está puesta en otras cosas.

Y así podríamos buscar infinidad de virtudes a través de las cuales identificar las bondades y noblezas que podría tener un ser humano
Siempre habrá un superior jerárquico a quien obedecer
El vasallo de mi vasallo no es mi vasallo.

-------------------------------------------------------------------------------------------------

ORACION

Yo confío en ti Padre Celestial y te ofrezco los corazones unidos de Jesús, María y el mío… (unidos por medio y a través de la crucifixión de Jesús); junto con las más íntimas peticiones, intenciones y necesidades de estos tres corazones enamorados y traspasados. Las triunfantes y sangrantes llagas de Jesús en la Cruz del Calvario, y las lágrimas de María, nuestra amada Madre Celestial, al frente de esa misma Crucifixión.

SEÑOR, Cúbrenos en esta vida con la protección de la Sangre Preciosísima de tu Hijo Jesús y cobíjanos cariñosamente en el seno de Jesús y María para siempre. SEÑOR TODOPODEROSO, que se haga tu santa voluntad en todo. AMÉN.


Explicación de la Devoción de los Tres Corazones Enamorados y Traspasados

Una historia de amor, la más grande historia de amor jamás contada y muy conocida por casi todos, pero poco profundizada; comenzó con una jovencita judía hace dos mil años, ¿Su nombre?: María, la creatura más pura y llena de gracia entre todas las demás. Pero esta realidad comenzó desde el patriarca Abraham con la saga y espiritualidad del antiguo pueblo de Israel, nación sacerdotal, que guiaría a todas las demás al conocimiento del Dios único y verdadero, lo demás es una historia que, es la Historia, toda ella Sagrada… de la cual Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo es el único Señor. María… como un diamante, que no necesita ser tallado, brilla en la oscuridad y silencio del cosmos, trayendo entre sus entrañas aquel secreto, hoy en día un secreto “a voces” y por muchos olvidado, ofendido e ignorado, que solamente los iniciados pueden entender en profundidad, cuando ponen su fe en ello con toda caridad, ese secreto único y universal se llama: Jesús de Nazareth, que abre sus brazos cada día para salvar a la humanidad en cada Eucaristía. Hoy en día esa es la única necesidad que Jesús tiene, ya que está vivo, resucitado y esperándonos, para darle consuelo a todo aquel que necesita su paz, y que todavía el mundo no la entiende.
Pero alguien, llamado Simeón, cuando María fue al Templo a llevar a su único hijo para ser presentado ante el Señor en Jerusalén, le profetizó que una espada atravesaría su alma y su corazón; tal como sucedió con el corazón de Jesús en la escena de la crucifixión. Seguramente la hermosa y joven doncella no entendía del todo estas tajantes y lacerantes palabras, y sorprendida las guardaba y las meditaba en su corazón junto a su esposo José. Su cuerpo humano, como templo y arca del artífice que hizo el universo le había dado un corazón de carne a Dios, o sea, a Jesús, Segunda Persona de la Trinidad. Así la vida de María y la vida del Dios Trino y Uno, habían quedado unidas para siempre, por la eternidad.
Ella, dulcísima como un panal de miel, está en el Cielo junto con Jesús, más dulce aún… luego de la Resurrección y posterior Asunción de ella, ¿Porqué no?: la Madre de la Humanidad.
Aquí en la Tierra estamos por un corto tiempo, aquellos que viniendo, tenemos este único camino para llegar a Dios: los seres humanos junto con sus corazones contritos y humillados en potencia.

Nuestra Santa Madre Iglesia, con el correr de los siglos, ha descubierto muchas cosas y ha madurado, especialmente con la iluminación que le han dado sus santos y doctores. Comencé a dedicarle mi rosario diario únicamente a la devoción de los Corazones unidos de Jesús y María; y no tardé en darme cuenta que mi corazón se estaba conformando, con todos sus defectos, al de ellos dos, en cuanto al Amor a la Humanidad sin acepción alguna de persona. El Sagrado Corazón de Jesús anhela ardientemente el amor de todos, el Dulce Corazón de Maria no se cansa de interceder por todos y por la derrota definitiva del mal, y de sus directores y protagonistas, a través del bien.
Así… de repente vi a la izquierda al Sagrado Corazón de Jesús ardiendo mucho más que el sol atravesado por una lanza de dos puntas, la otra punta se dirigía hacia el Inmaculado Corazón de María, rodeado de doce estrellas y le atravesaba también. Luego aparecían dos lanzas de dos puntas, que volvían a atravesar ambos corazones y se dirigían descendiendo diagonalmente hacia un solo punto, un tercer corazón, el mío… y lo atravesaban… En el momento dolía mucho el ser atravesado en el corazón por una lanza, pero luego se sentía una pacífica satisfacción…
Yendo a eucaristía diaria desde hace varios años y pidiendo todos los días por la salvación de buenos y malos, pidiéndole a María y a otros místicos y santos de mi predilección como Santa María Faustina, secretaria de la Misericordia del Señor o San Benito Abad, Copatrono de Europa y Patrono de los Exorcistas, para que intercedieran por esta petición sino era contra la salvación de mi alma, y así he llegado a estas conclusiones. Los dos corazones arriba y el mío abajo, atravesados los tres, por el trío de lanzas, formando un triangulo. En el centro está encerrado el planeta Tierra flotando y siendo sostenido por la mano invisible de Dios, junto con las estrellas, o sea, el universo, nuestra casa, nuestra inmensa Catedral. Encima del planeta Tierra hay una gran Cruz resplandeciente con una flor bonita en el centro, en el lugar de los clavos hay tres diamantes que nos recuerdan que estamos hechos de polvo de estrellas brillantes como Dios.
Esta devoción es una extensión de la del Sagrado Corazón de Jesús, la del Inmaculado Corazón de María, con un elemento nuevo, el pequeñito corazón humano, participando activamente en las alegrías y demás sentimientos que podrían haber en el Cielo, con respecto a lo que nos sucede a cada uno de nosotros en la Tierra y las consecuencias que eso puede traer a nivel personal, de aquí a la eternidad. Ya que esta devoción, para quien la abrace es algo muy personal con Dios. El sufrimiento al final trae alegría, sino pregúntele a Jesús y a Maria cómo se sintieron luego de de su Resurrección, y díganles que quieren sentir eso mismo en sus corazones, después de haber sido probados, pruebas que son inevitables para todo creyente… unidos nosotros al propio Corazón de Jesús y al de María, satisfaciendo la voluntad del Padre, aceptando el misterio del sufrimiento y la muerte en tan paradisíaca creación. De las puntas de las lanzas salen dos gotas, una de sangre que es la vida y otra una lágrima que puede ser de sufrimiento o felicidad.
Donde abundó el pecado… sobreabundó la gracia… y el Señor es el Juez del Juicio Final y su veredicto. Pidámosle a Dios que nos ayude a seguir y tomar todos los pasos correctos y necesarios para alcanzar la salvación por medio de los sacramentos y enseñanzas que la Iglesia nos recomienda: por ejemplo: penitencia y eucaristía frecuente, entre otras cosas. En cuanto a aquellos que escogieron diferentes caminos, pidamos misericordia para ellos. ¿Quién va al Infierno luego de su muerte? Es un misterio, nadie lo sabe, solo Dios lo sabe, la Iglesia no lo sabe a ciencia cierta pero las Escrituras del Nuevo Testamento lo revelan. Finalmente solo me queda decir: Quién pudiera nacer de nuevo del vientre de su madre y no cometer ningún error. Júzgame solo tú Señor, que eres el único que conoce la verdad de mi culpa y de mis virtudes.

El Cielo tiene una diva:
¿Cómo se llama esa diva? Esa diva se llama MARIA.
______________
Oración al Milagro más grande
…Y todas las naciones vendrán y se postrarán ante ti… Apoc 15,4

Esta es una oración que como iniciativa dirigida a Dios fue compuesta para ser rezada por aquella comunidad de bautizados en la fe católica, apostólica, romana; la fe católica apostólica ortodoxa de todo oriente y todas las personas de buena voluntad; que han experimentado algún grado de conversión y sienten un profundo sentimiento de mortificación y responsabilidad por el destino final de su prójimo, que ya ha perdido la gracia bautismal o simplemente nunca la tuvo. Que se salve toda la Humanidad parece no ser justo, pero es lo más misericordioso y podría ser el “Milagro más grande” que podemos pedir y esperar. Porque a veces la misericordia es superior al Juicio. Stg 2,13. El bautismo de Jesús, unido a nuestro bautismo es un supremo punto de referencia con el cual podemos contemplar los eventos históricos preliminares a la institución del Bautismo antes del Primer Pentecostés y la fundación de la Iglesia Primitiva en Jerusalén, en forma de novena y así rogar por todo y por todos. Se recomienda hacerla nueve días antes al día 24 de Junio, fecha en que se celebra la natividad de San Juan Bautista en el santoral católico, aunque se puede hacer también en cualquier época del año, siempre es bueno amar y rogar por el prójimo.
El Sacramento es un signo sagrado instituido por Jesucristo que aumenta la gracia. Los sacramentos son siete: Bautismo, Eucaristía, Confirmación, Penitencia, Extremaunción, Orden Sacerdotal, Matrimonio. La Gracia es un don que recibe el ser humano de parte del amor gratuito que Dios nos tiene. Todos los gestos y signos de nuestra religión católica están basados en ella y hay quien los aprovecha y hay quien no. Así la Gracia del Bautismo, como Sacramento de iniciación en la fe, bien sea como adultos o niños, es un don inestimable que se logró gracias al sacrificio del Señor Jesús en la Cruz, partiendo de la Historia Sagrada del pueblo de Israel, del “SI” de María y del ministerio de Juan el Bautista, entre otras cosas.
Para poder gozar del Banquete de la salvación eterna; Dios envía a su Hijo para mostrarnos los misterios del Reino, para todos los hombres que lo quieran aceptar, en comunión con el resto de la Iglesia y a las puertas de la Evangelización de todos los pueblos en este nuevo milenio. El Bautismo es el sacramento de iniciación cristiana por excelencia, deja un sello indeleble en quien lo recibe. Desde los inicios de la Iglesia, comprende algunos elementos esenciales: El anuncio de la Palabra, la acogida del Evangelio que lleva a la Conversión, la Profesión de Fe, el Bautismo, la Efusión del Espíritu Santo y el acceso a la Comunión Eucarística. Desde que el Bautismo de niños vino a ser la forma habitual de este Sacramento la Iglesia exige un catecumenado postbautismal; donde se da un desarrollo necesario de la gracia bautismal. En el rito romano se continúa durante unos años de catequesis, para acabar más tarde con la Eucaristía y la Confirmación.
Para aquellos que han ofendido a Dios y desean reconciliarse con Él, el sacramento de la reconciliación o confesión es lo indicado, de esta manera se recupera la Gracia Santificante y es muy recomendable tomar inmediatamente la Eucaristía frecuente para aumentar la comunión con la Iglesia.


Oración Inicial
Para meditar todos los días
Señor, a través de la contemplación de estas gracias bautismales de Jesucristo, unidos a nuestro propio bautismo, enséñanos lo que debemos entender y hacer para obtener de ti el milagro más grande de todos: la salvación de todo el género humano. Virgen Santísima, cúbrenos con tu manto y llevanos, por tu intercesión, pronto a todos a la bienaventuranza eterna.

______________________________________________
Primer Día: La unción del profeta desde el vientre de su madre Lc 1,39-45

“Meditar Oración inicial”

“En aquellos días se puso en camino María y se fue con prontitud a la región montañosa, a una ciudad de Judá, entró a casa de Zacarías y saludó a Isabel. En cuanto oyó Isabel el saludo de María, saltó de gozo el niño en su seno, Isabel quedó llena de Espíritu Santo y exclamó a gritos: “Bendita tu entre las mujeres y bendito el fruto de tu seno; y ¿de dónde a mí que venga a verme la madre de mi Señor?. Porque apenas llegó a mis oídos la voz de tu saludo, saltó de gozo el niño en mi seno! Feliz la que ha creído que se cumplirán las cosas que le fueron dichas de parte del Señor!” Evangelio según San Lucas 1,39-45

Reflexión Primera
El misterio divino se manifestó en la vida de Juan de una manera novedosa… desde antes de nacer… desde el vientre de su madre Isabel, en una suerte de reacción prenatal e instintiva de las cosas sobrenaturales; cuando la creatura salta de alegría en el momento en que su madre Isabel oye la voz más dulce de todas, la de María que estaba encinta de Jesús. Ahora Juan solo existe para ser capacitado con el propósito de ser el último profeta del Antiguo Testamento que prepararía a la humanidad para la venida del Mesías prometido: la encarnación del Dios de Israel y del universo: Jesucristo. Esta ha sido una experiencia única en la Historia de la Salvación. Rodeado de la protección de los suyos, Juan empezaría así su peregrinación por este mundo.

“Meditar Oraciones Finales”
___________________________________________

Segundo Día: La vida oculta de Juan el bautista.
Lc 1,80
“Meditar Oración inicial”

“Y tu niño serás llamado profeta del Altísimo, pues irás delante del Señor para preparar sus caminos” Evangelio según San Lucas 1,76. “El niño crecía y su espíritu se fortalecía y vivió en lugares desiertos hasta el día de su manifestación a Israel”. Evangelio según San Lucas1,80.

Reflexión Segunda
El Padre de Juan se llamaba Zacarías, era sacerdote del Templo de Jerusalén, en ese ambiente, Juan, niño y adolescente tendría una veta de conocimientos y experiencias extraordinarias que le ayudarían mucho en su misión, sobre todo en el estudio de la Historia Sagrada y de las profecías de los demás profetas. Recibiría la mejor crianza que recibía todo niño varón en aquella época: Visitas al Templo, sinagogas, rollos de la Ley, disertaciones alrededor de la interpretación de la Torá, en fin, todo aquello que lo convertiría en el último profeta que denunciaría los pecados de su tiempo. Una posición privilegiada donde hay que destacar la relación personal de Juan con Dios a través de la oración y el desierto: “lugar de austeridad”; donde sin ninguna distracción, el misterio divino se adueñaba cada vez más de él, hasta que lo hizo romper con el sacerdocio paterno y obtener una herencia diferente en los cielos. Busquemos profundizar nuestra relación con Dios, buscándolo en el silencio de nuestro corazón.
“Meditar Oraciones Finales”
___________________________________________________

Tercer Día. La voz que clama en el desierto.
Mt 3,1-12

“Meditar Oración inicial”

“Por aquellos días se presenta Juan el Bautista, proclamando en el desierto de Judea: “Convertíos porque ha llegado el Reino de los Cielos”. Este de quien habló el profeta Isaías cuando dice: Voz del que clama en el desierto: Preparad el camino del Señor, enderezad sus sendas… Yo os bautizo con agua en señal de conversión; pero aquel que viene detrás de mí es más fuerte que yo y no soy digno de llevarle las sandalias. El os bautizará con Espíritu Santo y fuego”. Evangelio según San mateo 3,1-3. 11.

Reflexión Tercera
Ha llegado el momento... la manifestación es pública. El movimiento de Juan es tan fuerte, que es confundido con el propio Mesías, pero él aclara que es solo un mensajero que le anuncia y le prepara el camino. Todos debemos ser como Juan, abriéndole paso al Señor entre la vida de nuestro prójimo. Los fieles católicos como profetas, sacerdotes y reyes tenemos el deber de preservar el legado de la fe y enriquecerlo. Invoquemos al Padre de la Misericordia para que nos deje desatarle la correa de la sandalia a Jesús, besar sus pies y así ser bautizados con el fuego del Espíritu.

“Meditar Oraciones Finales”
________________________________________________

Cuarto Día. Este es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo. Jn 1,29

“Meditar Oración inicial”

“Al día siguiente (Juan) ve a Jesús venir hacia él y dice: “He ahí el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo” Evangelio según San Juan 1,29.

Reflexión Cuarta
¿Quién es un Cordero en Israel?: Un Cordero en Israel es alguien que va a ser sacrificado. Cuando Juan se apercibe que Jesús, su primo, es el Mesías, no encuentra mejor título que darle, ya Juan está en plena conciencia de las profecías que hablan de un Siervo sufriente que expiará por los pecados del pueblo y del mundo. Todavía la plenitud del plan continua en el misterio y los contemporáneos de Juan quizá no entendían del todo estas palabras. Pidámosle al misterio divino que podamos discernir los signos de nuestro tiempo a través de la comunión con el Espíritu Santo y la de los santos por medio de la Eucaristía frecuente.

“Meditar Oraciones Finales”
___________________________________________________

Quinto Día. La Justicia del Mesianismo Trascendente
Mt 3, 13-15
“Meditar Oración inicial”

“Entonces se presenta Jesús, que viene de Galilea al Jordán, a donde Juan, para ser bautizado por él. Pero Juan trataba de impedírselo diciendo: Soy yo el que necesita ser bautizado por ti ¿Y tú vienes a mí? Jesús le respondió: “ Deja ahora pues así conviene que cumplamos toda justicia”. Entonces le dejó.
Evangelio según San Mateo 3,13-15.

Reflexión Quinta
Jesús sabe que es a Juan el Bautista a quien debe dirigirse; Juan sabe que Jesús es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo, tanto lo sabe que se niega bautizarlo y Jesús responde: “Deja que así cumplamos toda justicia”. El mesianismo de Jesús obedece a razones que reposan sobre misterios profundos que traspasan las fronteras de la muerte y nos confrontan con la eternidad, basado todo esto en el amor profundo que siente el Padre por su creación, de la cual el hombre es su “obra cumbre”. La misión de Juan ya está terminando con el bautismo de Jesús, quien vivió todo lo que el ser humano debe vivir, de forma semejante a todos nosotros, menos en el pecado. Jesús se solidariza con la humanidad no solo en el Bautismo de Agua, sino en otro, el de sangre, cuando es levantado en alto en la Cruz. Pidamos a Dios que la gracia de las aguas del bautismo de todos los cristianos de todos los tiempos sea suficiente argumento para enmendar los pecados de toda la humanidad delante del Dios que es un Padre Amoroso.

“Meditar Oraciones Finales”
______________________________________________________

Sexto Día. La aparición del Espíritu Santo.
Mt 3,16

“Meditar Oración inicial”

“Una vez bautizado Jesús, salió luego del agua; y en esto se abrieron los cielos y vio al Espíritu de Dios que bajaba como una paloma y venía sobre Él”. Evangelio según San Mateo 3,16.


Reflexión Sexta
Cuando Jesús sale de las aguas bautismales, el Espíritu Santo desciende sobre Él como una paloma. Demostrándose así que Dios domina en toda su plenitud la vida inmaculada de Jesús: un Cordero sin mancha ni defecto. Ese mismo Espíritu lo fortalecería y lo llevaría después al desierto para ser tentado por el demonio, de donde saldría triunfante para cumplir su misión en favor de los hombres. Busquemos renovar siempre la gracia obtenida en el Bautismo por medio de la confesión frecuente de los pecados, para que el Espíritu Santo y la gracia de Dios se apodere más de nosotros, no volvamos a pecar, y podamos hacer obras de misericordia y caridad que agraden al Señor.

“Meditar Oraciones Finales”

_________________________________________


Séptimo Día. La voz del Padre
Mt 3,17
“Meditar Oración inicial”

“Y una voz que salía de los cielos decía: “Este es mi Hijo amado, en quien me complazco” Evangelio según San Mateo 3,17.

Reflexión Séptima
Como sello definitivo de que Jesús es el unigénito de Dios, aparece la voz del Padre consagrando a Jesús como aquel predilecto, que es igual a Dios y en quien Dios se complace. En estos pasajes la Santísima Trinidad brilla en todo su esplendor. Juan el Bautista es testigo activo de todo ello y entiende que ha vivenciado al misterio divino en su esencia más pura. Ya Juan no pertenece a este mundo, su conciencia le dice que el que bautiza con fuego, ha pasado ya por el portal de su bautismo, ahora solo queda adentrarse en el silencio y contemplar las maravillas de la Divinidad. Seamos como Juan y contemplemos la obra divina en todas las cosas.

“Meditar Oraciones Finales”
_____________________________________


Octavo Día. La Humildad del Bautista
Jn 3,26,30
“Meditar Oración inicial”

“Fueron pues a Juan y le dijeron: Rabbí el que estaba contigo al otro lado del Jordán , aquel de quien diste testimonio, mira está bautizando y todos se van a él”.Juan responde: “Es preciso que Él crezca y que yo disminuya” Evangelio según San Juan 3,26;30.

Reflexión Octava
Juan siempre supo que él no era el Mesías, y cuando Jesús empieza a arrastrar multitudes necesitadas de un Pastor y hambrientas de Vida Eterna, Juan solo dice: Es preciso que Él crezca y que yo disminuya. La vida de Juan, cuyo nombre significa “Dios es Misericordioso” ha cumplido su cometido, la voz que clama en el desierto se apagará para dar paso a que hable Jesús, ya está cercano el martirio de Juan, pero en un profundo desprendimiento de las cosas de la Tierra, eso será lo menos importante, puesto que Juan experimenta y contempla desde ya: la visión beatífica. De ahora en adelante prestemos atención a lo que nos dice Jesús, para poder entender los misterios del Reino.
“Meditar Oraciones Finales”
____________________________________

Noveno Día. La misión universal
Mt 28,16-20.
“Meditar Oración inicial”

“Por su parte los once discípulos marcharon a Galilea, al monte que Jesús les había indicado. Y al verlo lo adoraron; algunos sin embargo dudaron. Jesús se acercó a ellos y les habló así: Me ha sido dado todo poder en el cielo y en la tierra. Id pues y haced discípulos a todas las gentes bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándoles a guardar todo lo que yo os he mandado. Y he aquí que yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo. Evangelio según San Mateo 28,16-20.

Reflexión Novena
Culminado su ministerio terrenal, Jesús resucitado y lleno de gloria, encarga a los discípulos que lleven el mensaje de salvación a toda la Humanidad bautizando en el nombre de las Tres Divinas Personas (Padre, Hijo y Espíritu Santo). Jesús nos acompaña todos los días hasta el fin del mundo. Pidamos a Jesucristo que siga intercediendo por toda la humanidad y escuchemos atentamente todo lo que Jesús nos quiere decir. Gracias Virgen Santísima: María... la principal, de nuestra raza humana: por el regalo que nos has dado a través de tu Hijo Jesús.
“Meditar Oraciones Finales”

__________________________________________________________________________




ORACIONES FINALES
PARA TODOS LOS DÍAS

Oración: Oh, Misterio Divino. Amparados por la protección de la Virgen María, nuestra abogada y la intercesión de San Juan Bautista. Invocando la comunión de los santos, en tu eterno presente. Imploramos a tu misericordia para que la gracia sacramental de las aguas frescas, limpias y sanadoras del Bautismo de todos los cristianos de todos los tiempos (Iglesia peregrina, purgante y triunfante), purifiquen a todas las generaciones y familias humanas y sus árboles genealógicos por la eternidad, trayendo la restauración universal de las cosas en todo lugar. En acción de gracias a la Santísima Trinidad: Un solo Dios, Misterio Divino: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Amén.

Santísima Trinidad y Un solo Dios “Yahvé”:
Prepara nuestros cuerpos y almas para vivir cada día nuestro bautismo y vida eterna con agradecimiento, humildad y compasión por el prójimo, expresado en obras penitenciales y de misericordia visibles, pisando fuerte hacia el mundo futuro.

Dios Padre “Yahvé”:
Delante de tu eterno presente: Este es el grito desesperado de tus elegidos, para que no condenes a quienes no están inscritos en el Libro de la Vida, los que ya no tienen esperanza alguna, mira nuestras lágrimas unidas a las de la Santísima Virgen María frente de la Cruz, donde Jesús inocente vivenció todo nuestro infierno. Ruego éste, que hacemos en señal de nuestra conversión y amor a ti y al prójimo y dando un paso adelante en la obediencia de aquel mandamiento que Jesús nos dejó de amar, inclusive, a nuestros enemigos, formando así una gran familia universal y eterna alrededor de Jesús. Que éste sea nuestro más grande deseo cuando asistimos a la Misa y comulgamos con fervor y esperanza plena.

Dios Hijo “Yahvé”:
Que has resucitado y estás a la diestra del Padre; respetando tus enseñanzas, vida y obra, esperamos con esta iniciativa, agradarte como “Cuerpo Místico de Cristo” aquí en la Tierra, colaborando con tu voluntad salvadora, por nuestra propia felicidad, de la cual tu eres el principal interesado y especial artífice, ya que el Juicio Final descansa en tus amorosas manos.

Dios Espíritu Santo “Yahvé”:
Reconociendo nuestra pequeñez, bautízanos con el fuego de tu amor y ordena todo a nuestro alrededor para que “La tierra sea cubierta del conocimiento de Dios, como las aguas cubren el mar”. A través de la expansión de la fe católica hasta los confines de la Tierra. Ayúdanos a ser santos como Dios es santo.

Virgen Santísima, máxima Sierva de Yahvé y Corredentora de la Humanidad:
El Pueblo de Dios, es un Reino de Sacerdotes, donde tú eres la intercesora más cercana a Dios, nunca son desoídos tus ruegos. Acudimos a tu seno maternal, para que acojas a aquellos hombres y mujeres de “carne y hueso” que ya no tienen esperanza, los ayudes a recuperarla por tu intercesión y regresen como el hijo pródigo a la Casa del Padre Amoroso, y así se cumpla lo que dice el Magnificat: “Todas las generaciones me llamarán bienaventurada”

Ángeles del Cielo, fieles en todo a Yahvé:
Ayúdennos a cumplir la voluntad divina en perfecta concordancia con las profecías y sus misterios y decretos ocultos, aspirando de nuestra parte que los caminos de Dios sean nuestros caminos. Lleven estos ruegos al trono de Dios lo antes posible y custodien nuestras vidas en este peregrinaje terrenal para que las puertas del Infierno no prevalezcan contra la Asamblea Católica (de todos los hombres y mujeres de todos los tiempos históricos) ordenada alrededor de la cátedra de Pedro en Roma. Ayúdennos a santificar el mundo.

San Juan Bautista y demás santos:
Intercedan por nosotros para que antes de morir este sea nuestro último clamor: “Que se cumpla el milagro más grande”. También te pedimos por todos los que hacemos esta novena, para que podamos ver el cumplimiento del milagro más grande: la Salvación Universal: “Os digo, dice el Señor, no hay, entre los nacidos de mujer, ninguno mayor que Juan, sin embargo el más pequeño en el Reino de los cielos es mayor que él” Evangelio según San Mateo 11,11.

Renovación Comunitaria de las promesas bautismales:
Para ser proclamada todos los días de la novena al final

1) Guía: ¿Creemos en Dios Padre todopoderoso, creador del cielo y de la tierra?
Todos: Si, creo
2) Guía: ¿Creemos en Jesucristo, su único Hijo, Señor nuestro, que nació de Santa María Virgen, padeció, fue sepultado, resucitó de entre los muertos y está sentado a la derecha del Padre?
Todos: Si creo
3) Guía: ¿Creemos en el Espíritu Santo, en la santa Iglesia católica, en la comunión de los santos, en el perdón de los pecados, en la resurrección de los muertos, y en la vida eterna?
Todos: Si creo
4) Guía: ¿Renunciamos al pecado, para que podamos vivir en la libertad de los hijos de Dios?
Todos: Sí, renuncio
5) Guía: ¿Renunciamos a las seducciones del mal, para que el pecado no nos esclavice?
Todos: Sí, renuncio
6) Guía: ¿Renunciamos a Satanás, padre y autor del pecado?
Todos: Sí, renuncio
7) Guía: Esta es nuestra fe. Esta es la fe de la Iglesia, que nos gloriamos de profesar, en Jesucristo nuestro Señor.
Todos: Amén.

Apéndice:

Apocatástasis: (griego: “restablecimiento” o “restauración”), retorno de todas las cosas o de cualquiera de ellas a su primitivo punto de partida. En el Nuevo Testamento el concepto aparece por lo general en la cópula “Apocatástasis tompánton” que viene a significar nueva creación del mundo, coincidiendo con las expectativas mesiánicas del Antiguo Testamento. “Pues he aquí que yo creo cielos nuevos y tierra nueva, y no serán mentados los primeros ni vendrán a la memoria” (Isaías 65,17). En los manuscritos de Qumrán se utiliza esta formula para referirse a la “imposición del reino de Dios”. En un discurso del apóstol Pedro esta tradición se asocia expresamente a las expectativas neotestamentarias “A Jesús, a quien debe retener el cielo hasta el tiempo de la restauración universal de que Dios habló por boca de sus santos profetas” (Hch 3,21). Diccionario Ilustrado de la Biblia, Edit Everest, Madrid, 1996

Escrito por Juan Carlos Enmanuel Martín Rojas jcmartinrojas@gmail.com y corregido por Carlos Barros y Gloria Carrasquero.

----------------------------------------------------